Los “fillers” son una forma común de referirse a los rellenos dérmicos utilizados en la medicina estética. Los fillers, como su nombre indica, se utilizan para “rellenar” o “llenar” las áreas debajo de la piel que han perdido volumen o elasticidad debido al envejecimiento, la exposición al sol, la pérdida de peso u otros factores.
Los rellenos dérmicos son productos que se inyectan debajo de la piel para mejorar la apariencia de la piel y tratar problemas estéticos como las arrugas, las líneas de expresión y la pérdida de volumen facial. Los rellenos dérmicos son uno de los tratamientos de medicina estética más populares y se utilizan ampliamente en todo el mundo.
Los rellenos dérmicos están compuestos de diferentes materiales, como ácido hialurónico, hidroxiapatita de calcio, policaprolactona, entre otros. Estos materiales se utilizan para tratar problemas estéticos, rellenar y suavizar las arrugas, las líneas de expresión, aumentar el volumen facial, la flacidez de la piel, corregir asimetrías faciales y mejorar la apariencia de cicatrices y marcas de acné.
Los rellenos dérmicos se inyectan directamente debajo de la piel, y los resultados pueden durar de varios meses a más de un año, dependiendo del tipo de relleno utilizado y la zona tratada. El tratamiento es rápido y se puede realizar en una consulta médica, y generalmente no requiere tiempo de recuperación significativo.
Es importante destacar que los rellenos dérmicos solo deben ser administrados por un profesional médico especializado en el uso de estos productos y que deben seguirse cuidadosamente las instrucciones del médico para evitar efectos secundarios no deseados.